martes, 8 de octubre de 2013

Los Muchos Mundos de Planescape, Parte IV: Aqueronte

Hoy hablaremos de Aqueronte, aquel cubicamente belicoso plano donde "¡Cuando el cielo se caiga sobre nuestras cabezas!" puede muy bien significar "Nos vemos mañana a las 3 de la tarde".

Los Infernales Campos de Batalla del Aqueronte

Legal-Neutral (M)

Aqueronte (o El Aqueronte, si prefieren) es el plano del eterno conflicto, donde las guerras jamás terminan y la victoria nunca está realmente a la vista, haciendo de todo el asunto un cataclismo, pero finalmente inútil, ejercicio de luchar por luchar. Siendo la encarnación del alineamiento Legal-Neutral matizado por el Mal, en el Aqueronte el orden se impone por la fuerza, y el único propósito ulterior es la obediencia y el sometimiento, mismos que llevan a sus habitantes a enfrentarse todos y cada uno de sus días. La intolerancia y el confirmismo forzado son la tónica en un plano donde la piedad, el honor y la compasión no tienen cabida.

Físicamente, el Aqueronte es un sitio llamativo: flotando en un infinitamente extenso cielo vacío, inmensos cubos de metal viajan sin rumbo ni destino, como si cayeran en todas las direcciones. Algunos del tamaño de ciudades, otros lo suficientemente grandes como para alojar mundos enteros, los cubos del Aqueronte son el escenario de las inútiles guerras por las que este lugar es reconocido. Dado que el "abajo" aquí es siempre hacia la cara de un cubo, es posible (y, de hecho, común) que múltiples batallas se estén desarrollando al mismo tiempo en las seis caras del mismo, a veces sin que tengan relación directa entre si. En ocasiones los cubos chocan entre ellos, retumbando con un espantoso estruendo metálico que reverbera por todo el plano, aplastando a cientos de miles de soldados en un abrir y cerrar de ojos si es que tuvieron la mala suerte de estar parados en el punto de impacto. Muchas veces, de hecho, tan empecinados en su lucha están los ejércitos, que no caen en cuenta del inminente impacto hasta que el cielo se oscurece y la mole de metal sobre sus cabezas los reduce a una gran mancha sanguinolenta. En otras, los impactos terminan mezclando guerras distintas y enfrentando bandos que nunca se habían visto, o regresando con ejércitos perdidos que se creía olvidados desde hacia siglos, otorgando una fatal dosis de variedad a todo el asunto.

Si se está atento, suele ser posible prever el impacto entre los cubos con antelación; la sabiduría convencional señala que un cubo puede ser divisado en la distancia hasta tres días antes de que choque, otorgando la oportunidad para salir de su camino. Aun cuando la mayoría de las veces suele ser demasiado tarde, muchos generales y comandantes acostumbran mantener astrónomos y vigías constantemente auscultando los cielos a fin de saber cuando movilizar sus fuerzas. Algunos incluso cuentan con los legendarios hassitorium, gigantescas ciudades-fortaleza construidas por una antigua civilización ya extinta que se dice alguna vez dominó gran parte del Aqueronte. Los hassitorium (singular hassitor) son conformados a partir de un extraño metal al que son fusionados los cuerpos de miles de esclavos, que luego se arrastran para movilizar la estructura. No es raro terminar como parte del inmueble si se agota la paciencia del señor de alguna de estas ciudadelas andantes.

Pese al conflicto reinante, el Aqueronte es relativamente benigno bajo las circunstancias apropiadas, al menos tan benigno como puede llegar a ser un Plano Inferior. Si bien sus cubos son inhóspitos -la poca y extraña fauna y flora que crecen de las planicies de metal es escasa y peligrosa- y la vida suele ser corta, violenta y desagradable, la misma fría y duramente estructurada mentalidad que provoca guerras nuevas a cada momento lo hace un lugar lleno de oportunidades a quienes sepan seguirle el juego. Los deudos y planares que aquí habitan entienden de respeto, lealtad y obediencia tanto como de corrupción, traición y miedo, y gustosamente aceptan a viajeros dispuestos a formar parte de sus campañas; compañías mercenarias de todo el Multiverso viajan al Aqueronte para ofrecer sus servicios. El que las guerras sean completamente inútiles no quiere decir que no se pueda hacer algo de dinero peleando en ellas.

El Aqueronte está habitado por incontables criaturas, algunas de las cuales ni siquiera tienen nombre, provenientes de mundos remotos y desconocidos, todas enfrascadas en alguna clase de conflicto. Siendo el plano donde la mayoría de las deidades goblinoides mantienen sus dominios, es común toparse con trasgos, orcos, ogros y otras criaturas similares, para quienes servir en las eternas guerras de sus dioses suele constituir un concepto deseable de la vida después de la muerte. Los Eutanastas mantienen una importante presencia en el plano, y también es relativamente común toparse con modrones buscando materia prima para reparar los engranajes de Mecanus, baatezu aconsejando generales y reclutando soldados para la Guerra de la Sangre y yugoloths ofreciendo sus servicios al mejor postor. Aunque más escasos, en ocasiones los portales revientan con ejércitos de furiosos deudos enanos provenientes de Arcadia, quienes viajan al Aqueronte en nombre de Clanggedin para machacar goblinoides hasta que se les partan los martillos.

Algunos cubos son tan inmensos que alojan paisajes enteros con montañas trituradas, lagos secos y bosques quemados y retorcidos. En ocasiones incluso pueden tener sus propios sistemas climáticos, bañando a los ejércitos con lluvias aceitosas y nieve cenicienta. Se habla de que existen cubos que jamas han chocado, soportando idílicos territorios de verdes praderas y blancas montañas, pero nadie ha visto tamaña cosa.
La naturaleza física del plano lo hace difícil de transitar; si bien suelen existir portales estables entre algunos cubos que han estado habitados por mucho tiempo, como Clangor -hogar del panteón trasgo-, Nishrek -hogar del panteón orco- y el Cubo de las Batallas (donde ambos panteones se suelen enfrentar), para la mayor parte de ellos la única forma confiable de viaje es el vuelo. Dado que la gravedad está sujeta a la cara del cubo en que se está parado, es posible pasar de una a otra con solo caminar por el borde, aun cuando esto tiende a resultar más complicado de lo que suena si es que nunca se ha hecho antes. Entre los cubos, la gravedad deja de operar; no hay total claridad que tan lejos se extiende la gravedad de cada cubo, por lo que aquellos quienes transitan por el vacío hacen bien en irse con cuidado para no verse súbitamente cayendo en dirección a uno lleno de criatura innombrables.

Solo el primer nivel del Aqueronte es ampliamente conocido, llamado Ávalas. Se sabe de un segundo nivel oculto en las profundidades, llamado Thuldanin, es donde los cubos más antiguos y desgastados van a parar, junto con los desperdicios y despojos acumulados por interminables siglos de guerra, tanto en Aqueronte como en otros planos. No hay total acuerdo de si hay más niveles después de Thuldanin, aunque historias sobre regiones de absoluta negrura donde imposiblemente afiladas hojas y agujas cercenan todo a su paso, resultantes de cubos que han recibido más impactos de los que son posibles de enumerar, suelen circular por las fogatas de los campamentos y las tabernas de Sigil. Por que alguien querría visitar un lugar así, en todo caso, queda por saberlo.

lunes, 7 de octubre de 2013

Mastereadoramente Hablando: Asuntos de Liderazgo y Peleas de Poder

El tema del liderazgo y el poder en un grupo de rol es un tema interesante y, en ocasiones, conflictivo. Lo he conversado en varias ocasiones con diferentes personas, y en general me da la impresión que es algo que notamos más los masters que los jugadores, probablemente por la perspectiva que nos toca asumir dentro del grupo, que nos coloca afuera de las interacciones de los personajes. Me parece que muchos de los conflictos que se dan entre los personajes (y, a veces, entre los jugadores que los controlan) tienen su fundamento en la manera en que se distribuye la autoridad entre los jugadores, y en como esta se compara con la manera en que se distribuye entre los personajes, dos cosas que no siempre son equivalentes.



Piensen en cualquier grupo de personas: Aun cuando todos estén en igualdad de condiciones y capacidades, siempre hay alguien que posee una mayor influencia que el resto. Se suele reflejar en cosas tales como el amigo que organiza al resto, aquel al que los demás acuden primero cuando hay que tomar una decisión, aquel cuya presencia ayuda a afiatar al conjunto. No necesariamente este liderazgo es expreso; justamente eso es lo que lo hace autoridad y no poder, como podría ser en grupos donde el más grande, el más adinerado o el más fuerte manda por naturaleza de su situación (como decían los romanos, auctoritas es aquel "misterioso poder de influir en otros ganado por la dignidad y reputación", en contraste con la potestas otorgada por la capacidad de ejercer coerción). Es una situación que se gesta con el paso del tiempo, las facultades e intereses de los individuos y las circunstancias.

Ahora piensen en el típico grupo de personajes: La mayoría de los juegos enfatizan el balance, con el objetivo de que todos los personajes brillen por igual y de esa manera evitar que un jugador se sienta dejado de lado. Sin embargo, de todas formas siempre existe al menos un líder, aquel personaje que suele ser el primero en decidir a donde va el grupo o el que tiende a zanjar las discusiones. La manera más fácil de identificarlo es fijarse quien es el que suele comunicar el sentir del grupo al master: Cuando como masters preguntamos "¿Que hacen?", usualmente hay cierta cantidad de discusión entre los jugadores y finalmente uno de ellos es el que responde "Nos robamos todas las gallinas". Aun cuando esto puede variar de intensidad de grupo en grupo, casi siempre es un jugador el que toma la "vocería" de los personajes.

Tener un líder natural entre los personajes es una situación que todo master quiere fomentar. Un líder ordena a los personajes, evita que se separen, incita la búsqueda de acuerdos y en general mantiene las cosas andando. Es, también, una de las mejores herramientas que los masters podemos utilizar para manipular al grupo y empujarlo en la dirección que queremos, puesto que es mucho más sencillo influenciar a un solo jugador y que este luego influencie al resto, que tratar de influenciarlos a todos.

Excepto cuando no es uno, sino que dos o más. Aquí es cuando tenemos un problema.

Solo recuerden la última vez que su grupo se paralizó por la indecisión: Lo más probable es que dos o más jugadores hayan tomado roles de liderazgo con opiniones diferentes sobre que hacer, provocando la inoperancia del grupo. Lo común es que esto ocurra un rato y luego las cosas vuelvan a la normalidad, pero si no tenemos cuidado en la forma que administramos la campaña, podemos terminar perpetuandolo por accidente.

Creo que gran parte de estos problemas surjan de lo primero que les mencioné: La diferencia entre el líder del grupo de personas y el líder del grupo de personajes. Todo grupo que juegue rol desarrolla cierto grado de afinidad interpersonal; me arriesgaría a decir que la mayoría son grupos de amigos, o cuando menos gente que se soporta amablemente. Y en estos grupos va a existir un líder natural. Es normal que el master tome cierto grado de liderazgo por el mero hecho de que su labor requiere que el resto le preste atención, pero esto mismo crea una situación en que el grupo se divide entre el master y los jugadores, y dentro del segundo surge un nuevo líder (o, en caso de que el líder natural del grupo sea un jugador, cobra fuerza por separado del master).

Si el líder del grupo de personas es el mismo que el líder de los personajes (cosa que, en mi experiencia, suele ser el caso), no debiésemos tener mayores problemas. Pero si el líder del grupo es distinto del líder de los personajes, a menos que el primero tenga la capacidad de identificar la situación y dejar su rol durante la partida, lo más probable es que, eventualmente, el grupo desarrolle un duopolio de liderazgo (en grupos muy grandes pueden haber mas de dos. Recuerdo haber mastereado a un grupo de 10 personas durante dos años en el que había tres lideres distintos. Esto llevó, entre otras cosas, al más temible encuentro que le he interpuesto a un grupo: Un pasillo con cuatro salidas. Fueron más de 30 minutos de debate para definir cual de ellas tomar).

¿Como puede ocurrir esto? Después de todo, uno tendería a esperar que el liderazgo natural de los personajes suela ir en la misma tónica de los jugadores. Pero no olvidemos que hay varios factores que pueden catapultar a un personaje a la cabeza del grupo, y generalmente somos los masters quienes tenemos la responsabilidad de poner ojo a este asunto. Por la vía del grado de relevancia y poder que otorgamos a un personaje influimos directamente en su condición de liderazgo: si la campaña discurre en un reino donde uno de los personajes es hijo del monarca, entonces su situación lo empujará a tomar mayor control sobre el grupo; si por efecto de la idoneidad de un personaje para lidiar con los desafíos que colocamos el grupo comienza a depender demasiado de el (ya saben, eso de poner desafíos tipo Iron Chef justo cuando un personaje entrena Cocina hasta las pailas. "Hasta las pailas", ¿vieron eso? ¿eh?), esto lo hara mas proclive a ser quien toma las riendas del grupo.

Ahora, cabe destacar que no necesariamente hay una lucha consciente de poder; no quiero decir que todos los jugadores sean potenciales caudillos listos para unificar a las tribus esteparias y asediar nuestras ciudades. Tiene más que ver con la misma situación que empuja a una persona a ser el líder natural de un grupo: su opinión es respetada y suele tener iniciativa. Salvo que activamente decida no actuar de esa forma al notar que otro jugador es quien lidera a los personajes, por mera forma de ser va a terminar actuando como líder.

Nada de esto quiere decir que como masters tengamos que otorgar condiciones para favorecer el liderazgo de los personajes a la misma persona que consideramos como de mayor influencia en el grupo. De hecho, muchas veces considero positivo empujar a quienes normalmente no ocupan posiciones de liderazgo en el grupo a la palestra por un rato, con el fin de evitar que se retraigan y de paso entregar una mirada nueva al asunto (mucho cuidado con hacer esto demasiado, sin embargo, pues poner a cargo a un jugador que normalmente prefiere tomar el asiento de atrás puede terminar siendo un problema tanto para el como para el grupo en general). El asunto al que quiero llegar con esta diatriba es enfatizar lo importante que es poner atención al balance de poder dentro del grupo y a evitar crear hidras que frenen la historia. Un jugador líder no necesita incentivos adicionales para serlo como personaje, lo que es un punto muy útil de recordar cuando se necesita que el grupo opere como una unidad. Al mismo tiempo, si sabemos que un jugador a cobrado el rol de líder (y esto ha sido beneficioso para el grupo), quizá lo mejor sea mantener esa situación y tener cuidado de no crear otro por accidente.

Como masters debemos procurar que todos en el grupo tengan un buen rato, y esto no necesariamente implica hacer de todos un líder. Hay jugadores que felizmente dejan que otros se hagan cargo de llevar la batuta, pues les da espacio para hacer lo que les interesa con holgura, o que simplemente no se complican con el hecho de que alguien mas sea el que tome el timón; quizá confían lo suficientemente en el criterio de otro jugador como para depositar en el la responsabilidad de hacer funcionar el grupo (aunque lo normal es que todo esto ocurra de forma inconsciente). Y como mencionaba anteriormente, tener un único interlocutor que sabemos va a influir de mayor manera en el comportamiento del grupo es tremendamente útil para manejar situaciones y predecir cursos de acción.

Los Muchos Mundos de Planescape, Parte III: Mecanus

El tema que nos convoca para esta tercera parte es Mecanus, plano cuyo nombre da mas que por sentado que estamos hablando de un sitio bien organizado.


La Nirvana de Relojería de Mecanus

Legal-Neutral


Mecanus es la máxima representación del orden, un universo mecánico con engranajes del tamaño de continentes girando al compás de un proceso tan misterioso como cautivador. Es la representación física del alineamiento Legal-Neutral, sin verse influenciado por el bien ni por el mal. Es un sitio predecible, donde si se entienden las reglas se entienden los procesos; esto mismo, sin embargo, lo hace un sitio extraño y confuso, pues el que existan estas reglas no quiere decir que sean sencillas de entender. Es como si la burocracia tuviera forma física.

Todo en Mecanus está apropiadamente organizado, categorizado y proporcionalmente representado. Si en un sitio hace calor, en otro hace frío; si un lugar está iluminado, hay otro donde abunda la oscuridad. Mientras que en Arcadia todo parece seguir un plan mayor destinado al bien común, en Mecanus todo lo que importa es la perfección. Puede que en los Reinos Apacibles el individuo salga siempre perdiendo cuando es necesario procurar el bien común, pero en el Universo de Relojería el individuo simplemente no existe; todo es meramente un componente más de un aparato más grande. Y una rápida mirada al plano da a entender que incluso es más gigantesco de esos aparados es a su vez parte de uno aun mayor.

Aquellos que visitan Mecanus por primera vez se sorprenden con la sobrecogedora inmensidad del asunto: dondequiera que miren, engranajes de todas las formas, tamaños y orientaciones concebibles se extienden, conectados por interminables guías, bandas y cigüeñales. Algunos son tan pequeños como para caber dentro de la palma, mientras que otros parecen extenderse hasta el infinito. Todos, sin embargo, están interconectados, y ninguno gira sin que todo el resto del plano también lo haga. Esto ha dado paso al rumor de que toda esta maquinaria se encuentra calculando algo, o haciendo que otro algo funcione; algunos señalan que la relojería de Mecanus es lo que mantiene al Multiverso andando, y otros que la Gran Rueda no sería más que un componente más dentro de su inexorable calculo, destinada a detenerse el día en que el resultado sea determinado y su tarea concluya.

El que sea una gran máquina no quiere decir que sea un sitio desolado, en todo caso. Muy por el contrario. La relativa hospitalidad del plano (tiene aire para respirar y no esta inundado por ríos de fuego ni tormentas de azufre, de por si un panorama bastante mejor que en muchos otros sitios) lo ha convertido en el hogar de incontables variedades de criaturas y organizaciones; numerosos poderes de la Ley también mantienen sus dominios aquí. Los lugares habitados suelen existir sobre las caras planas de los engranajes; en los mas grandes, es perfectamente posible toparse con cordilleras, bosques y mares. Pese a que rotan, los de mayor tamaño lo hacen tan lentamente que es imperceptible; algunos de los mas pequeños, sin embargo, giran a velocidades espeluznantes. Cabe señalar que, aunque difíciles de alcanzar, una criatura que se pare sobre uno de estos engranajes veloces puede permanecer perfectamente bien gracias a la gravedad discrecional de cada pieza, solo viéndose sujeto a la fuerza centripeta de los mismos si se acerca demasiado al borde. La gravedad en Mecanus siempre apunta hacia la cara de un engranaje, razón por la cual es posible encontrarse con algunos que tienen habitantes en ambos lados, cada uno de cabeza con respecto al otro. Si se es lo suficientemente hábil y cuidadoso, es incluso posible pasar caminando de una cara a la otra. Por supuesto, es igualmente posible caer por accidente y ser atrapado por la gravedad de otro engranaje, o quedar eternamente atrapado en el vacío que los separa.

No hay cielo en el sentido formal de la palabra; a donde quiera que se mire, siempre se verán partes del gran mecanismo. En algunos casos pueden haber vacíos de miles y miles de kilómetros, pero siempre habrá algo moviéndose del otro lado. Una misteriosa luz blanca que emana de una fuente desconocida inunda el plano durante doce horas, seguido por otras doce de oscuridad, dando como resultado días que no resultan demasiado distinto de aquellos en la mayoría de los mundos primarios. Un visitante que pregunte a los locales como es que esto funciona generalmente se topará con la misma respuesta: Hay oscuridad la mitad del tiempo, por lo que necesariamente debe haber luz durante la otra mitad. Tratar de ahondar más en el asunto puede derivar en una conversación enervantemente circular.

Si bien hay quienes cuestionan la aseveración, los modrones (singular modrón) se presentan como las criaturas nativas de Mecanus, siendo posible encontrarlos casi en cualquier parte del mismo, usualmente cuidando y reparando sus piezas. Extrañas criaturas mitad máquina, los modrones son una especie rígidamente jerarquizada, más incluso que los baatezu. Desde los mas bajos monodrones hasta los insondables secundi (y luego su misterioso líder/dios/creador Primus), todo modrón sabe instintivamente qué lugar ocupa dentro de la jerarquía, debiendole obediencia absoluta (en la más extensa ínterpretación de la palabra; un modrón jamás se cuestiona una orden, simplemente la cumple) a su superior directo y teniendo la misma facultad con respecto a su subalterno directo. Esto hace de los modrones las criaturas más eficientes y organizadas de las que se tenga conocimiento, operando tal cual la relojería que los rodea (y que los compone). Al mismo tiempo, los hace seres tremendamente difíciles de entender y complejos de relacionarse con, pues para un modrón las relaciones se remiten generalmente a: Obedecer a quien está arriba, dirigir a quien está abajo y coordinarse con quien está al lado. Se dice que, en raras ocasiones, ciertos modrones (llamados "Modrones Solitarios") pueden llegar a desobedecer una orden, momento en el cual se les vendría encima un mundo de revelaciones sobre la existencia de su individualidad e identidad, aunque no hay registros concretos al respecto; muchas veces, suele ser que alguien confundió a un modrón cumpliendo una orden particularmente extraña con uno que ha tomado una decisión propia. Como fuere, los propios modrones procuran aplastar cualquier rumor referente a ello, lo que solo sirve para avivar la curiosidad al respecto.

Algunos tipos de modrones. De izquierda a derecha, comenzando en la fila superior: Monodrón, Duodrón, Cuadrón, Supuesto Cuadrón Solitario, Tridrón y Pentadrón
Además de los modrones, es posible toparse con criaturas tales como los formianos y sus inmensas colonias, algunas de las cuales ocupan por completo engranajes planetariamente grandes. Los formianos de Mecanus son mucho más parecidos a sus contrapartidas primarias que los que habitan en Arcadia, siendo agresivamente expansionistas, lo que regularmente los lleva a entrar en conflicto con los modrones, para quienes todo el alboroto y suciedad resultan insoportables. La Fraternidad del Orden tiene su base de operaciones en Mecanus, en la inmensa Fortaleza de la Ilustración Disciplinada, donde su interminable burocracia se encarga de clasificar, referenciar, re-referenciar y archivar el conocimiento acumulado por la facción, por lo que sus miembros pueden ser encontrados por todo el plano buscando la manera de entender el propósito de los engranajes y tratando de determinar las reglas que lo rigen (para así eventualmente poder controlarlo). Los Matemáticos, una de las facciones sobrevivieron tras escapar de Sigil durante el Solevantamiento que acabó con la mayoría de ellas, se mantiene como una secta en Mecanus. Convencidos de que la naturaleza proporcional de Mecanus implica que todo lo que existe está de alguna manera representado en el plano, los Matemáticos creen que todo lo que se puede imaginar también debe tener su equivalente aquí, y dedican sus vidas a dar con la metodología que les permita determinar donde exactamente. Por supuesto, esta creencia ha dado lugar a toda clase de historias, atrayendo a innumerables visitantes en busca de aquella fuente de oro líquido con la que soñaban el otro día.

viernes, 4 de octubre de 2013

Los Muchos Mundos de Planescape, Parte II: Arcadia

Hoy hablaremos de Arcadia, el siempre incomprendido plano que es demasiado ordenado para su propio bien.

Los Apacibles Reinos de Arcadia

Legal-Neutral (B)

Arcadia es el plano de existencia donde el bien común lo es todo, siendo de alineamiento Legal-Neutral tendiente a Bueno (como hablaremos en más detalle en otra oportunidad, para cada combinación de alineamiento Neutral-Algo existen tres versiones, una totalmente neutral y dos "tendientes a" los diferentes extremos de los ejes Ley-Caos y Bien-Mal).

Los Apacible Reinos pueden resultar un tanto desconcertantes la primera vez que se los visita, pues si bien es un plano de verdes praderas, espesos bosques y harmoniosos ríos que no dista demasiado de los paisajes idílicos de Celestia, todo parece estar premeditadamente organizado a la perfección: El pasto y la hierba crecen ordenadamente, nunca más largo o mas corto que el resto, dándole el aspecto de un bien cuidado jardín; los arboles en los bosques surgen en hileras, con sus copas todas de la misma altura y grosor, tal como si se tratara de un pomar; los ríos tienen causes rectos y limpios, formando ángulos siempre iguales cuando cambian de dirección, igual que canales de regadío. El propio sol es en realidad una enorme esfera -conocida como la Esfera del Día y la Noche- que irradia en cantidades iguales luz y oscuridad, girando lentamente para proporcionar 12 horas exactas de día seguidas de 12 horas exactas de noche (lo que resulta en que no hay albas ni ocasos en Arcadia, solo un súbito cambio de iluminación que suele descolocar a los visitantes. De hecho, es posible ver la noche o el día acercarse a lo lejos, como una oleada de luz u oscuridad que va cubriendo el paisaje). Incluso las bestias salvajes parecen estar pautadas, con todas las bandadas de aves contando con exactamente el mismo numero, los insectos viajando en patrones estructurados y sin salirse de su curso, los peces saltando del agua la misma cantidad igual de veces cada día.

Lo que quizá más confunda del asunto es que, pese a que el plano pudiera parecer una obra de teatro cuidadosamente administrada, es que todo esto ocurre de forma natural; las criaturas, la naturaleza e incluso la propia geografía parecen saber exactamente lo que tienen que hacer, como hacerlo y cuando, siempre en pos del bien común. Cada ser nativo a Arcadia entiende instintivamente que juega un papel fundamental en un gran plan insondable, y lo cumple siempre a la perfección, por lo que no es raro ver cardúmenes de peces tranquilamente arrojándose a las redes cuando corresponde que los pescadores obtengan su botín, abejas permitiendo que se extraiga tranquilamente la miel de sus panales, o los arboles dejando caer sus frutas en ordenados montones al momento que es hora de cosecharlas.

Los deudos y planares que habitan Arcadia siguen el mismo patrón de comportamiento, y no hay comunidad en el Multiverso más solicita y atenta que la de este plano, siempre dispuesta a lo que sea con tal de beneficiar al grupo por sobre el individuo, poniendo su vida eterna en juego (pues se cree que aquellos deudos que, ya habiendo muerto en sus vidas pasadas, lo hacen nuevamente en los Planos Exteriores, desaparecen por siempre, aun cuando algunas facciones tienen interpretaciones distintas de que es exactamente lo que ocurre con ellos). Por otra parte, ahí yace el lado cuestionable del plano: Cuando el grupo lo es todo, el individuo importa poco.

Se suele decir que Arcadia es el paraíso, siempre y cuando tu visión del paraíso consista en la misma que tienen quienes viven en Arcadia. No hay espacio para interpretaciones, divergencias de opinión o disención; las cosas se hacen de una manera y basta. En tiempos pasados, los arcadianos eran simplemente irritantes, pero por lo demás dispuestos a tolerar a quienes pensaban distinto siempre y cuando no les causaran demasiados problemas. Eso ha cambiado en los últimos siglos, a medida que los deudos y planares se han vuelto progresivamente más cerrados y desconfiados, incluso paranoicos, de visitantes y extraños, sometiendo a cualquier nuevo arribo a escrutinios, pruebas y, en casos más extremos, a violencia. Nadie sabe del todo bien que ha ocurrido en el plano para provocar este cambio de actitud, pero muchos sospechan que el Harmonium, con su actitud progresivamente más fanática en la búsqueda de la paz  y entendimiento universal, ha jugado un rol fundamental en ello. Incluso corren rumores de "campos de corrección" administrados por la facción en las zonas más profundas del plano, donde los Cabezaduras estarían aparentemente intentando dar con la manera de convertir a aquellos que piensan distinto y darles a entender lo bueno de sus maneras.

Empero de lo anterior, Arcadia no es un sitio abiertamente hostil; un viajero que se comporte y evite levantar demasiadas sospechas puede estar relativamente tranquilo. Mientras se atenga a los caminos (que parecen discurrir por todo el plano, casi como si cada evento geográfico y localidad estuvieran conectados por vías cuidadosamente mantenidas y apropiadamente señalizadas) y haga nada para dañar el bien común, los arcadianos le tendrán un ojo puesto encima pero por lo demás lo dejaran ser. Visitantes legales y buenos son los que menos desconfianzas levantan (aunque incluso el más paladinesco de los individuos será sujeto de duda hasta no ganarse la venia de los locales), mientras que aquellos de alineamiento caótico pueden ser tolerados por cortos periodos de tiempo si sus razones para estar en los Apacibles Reinos son honestas (aunque probablemente serán asignados una patrulla permanente para tenerlos vigilados); seres malvados rara vez sobreviven más de unos instantes a menos que se mantengan ocultos, pues su sola presencia basta para alertar incluso a las criaturas salvajes. Podrá ser un Plano Superior, pero los arcadianos no tienen miramientos a la hora de ejecutar a un ser malvados (o a cualquiera que les cause demasiados problemas o rompa alguna de sus muchas normas y regulaciones).

Los deudos en Arcadia lucen como gente común y corriente, llevando vidas ordenadas y dedicadas al trabajo y la comunidad. Algunos de los mejores herreros, constructores y granjeros del Multiverso provienen de Arcadia, donde la labor constante es parte de la recompensa eterna y al mismo tiempo parte del proceso que han de seguir para progresar en el más allá. Extrañamente, Arcadia es el único lugar donde sus deudos parecen envejecer, aun cuando esto no tenga mayor impacto sobre su capacidad física y mental. Cómo envejecen exactamente es algo confuso, pues un mismo deudo puede lucir juvenil por siglos y la siguiente vez que se lo encuentra parecer veinte años más viejo, mientras que otros lucen atascados eternamente en la misma edad o incluso rejuvenecen. Dicen en algunas partes que la edad aparente del deudo guarda relación con su grado de comunión con el plano, y que por lo tanto los que mayor lucen más plenos -y poderosos- son.

No se sabe de la existencia de una raza específicamente nativa a Arcadia, como los baatezu de los Nueve Infiernos o los arcontes de Celestia. Humanos y enanos parecen ser los seres más comunes, probablemente debido a la alta presencia de deidades de sus panteones, como Clangeddin de los enanos (cuyos dominios consisten en una gigantesca montaña perfectamente cónica que lleva su nombre) o Marduk del Panteón Sumerio (cuya ciudad es considerada uno de los sitios mas bellos de Abellio, el primer nivel de Arcadia). También hay una considerable presencia de formianos y sus gigantescas colonias subterráneas, aunque considerablemente más pacíficos y tranquilos que sus parientes del Plano Material Primario.

jueves, 3 de octubre de 2013

Los Muchos Mundos de Planescape, Parte I: Celestia

Soy de la idea que nunca se puede tener demasiada información de Planescape; es un escenario de campaña tan monumentalmente grande y complejo que siempre va a faltar algo por cubrir. Al mismo tiempo, es un escenario que, si bien no tan antiguo como Greyhawk o los Reinos Olvidados, es en general el menos recordado de todos, probablemente debido a su relativamente corta vida de publicación,  lo que hace cada vez menos probable que las nuevas generaciones de jugadores sepan de el. Más aun, dado que los libros nunca se publicaron formalmente en castellano, para quienes hablamos la Lengua de Cervantes es aun más apremiante tener el asunto a mano.

Entonces, con esta publicación quiero dar un recorrido general por todos los planos que componen Planescape; será más que nada una pincelada superficial, con el objetivo de dar a conocer el concepto y carácter de cada uno, dejando los secretos y misterios para quienes decidan incarle el diente, evitando arruinarles la sorpresa de leerlo.

Los Siete Cielos de Celestia

Legal-Bueno


Para quienes llegan por primera vez al Monte Celestia, la vista puede resultar obnubilante: Desde un interminable mar de argéntea agua bendita, una montaña tan alta como pueden ser las montañas (y luego un poco más) se despliega hacia el cielo, su cumbre perdiéndose en un fulgor tan intenso que taladra los ojos.

Celestia es el plano que personifica la perfecta comunión entre la Ley y el Bien, donde la búsqueda de la virtud y el perfeccionamiento por medio de la misma son la tónica, y donde la justicia prevalece por sobre todas las cosas. Es el único lugar del Multiverso donde un sujeto puede sentirse verdaderamente seguro y en paz (asumiendo, claro, que no se aleje demasiado del bien y la ley, aunque incluso en ese caso es posible que lo pase mejor que en los planos que le corresponden, con todo eso de la piedad, el perdón y la redención que tanto gusta a los locales). Empero, esto no quiere decir que sea un sitio inofensivo: Más allá de las verdes colinas y reconfortantes playas de Lunia, el Primer Cielo, trepar la montaña es todo un desafío, y más de algún incauto ha sido arrojado al vacío por las potentes ventiscas o caído en un abismo de incontables kilómetros de profundidad para nunca más ser vuelto a ver.

El plano es el destino de aquellos que en vida buscaron y practicaron las virtudes, procurando seguir sus códigos en pos de un bien ulterior, por lo que por todas partes es posible encontrar deudos que, en su vida después de la muerte, se esfuerzan por continuar esa senda y llevarla a nuevos niveles de plenitud. Suele hablarse en los Siete Cielos de las Vías Virtuosas, suertes de jornadas que los deudos (o cualquiera que ande de paso, si le parece) pueden tomar para ascender. Esta ascension es tanto espiritual como física, pues la manera de alcanzar los niveles superiores del plano es justamente subiendo por las cumbres y desfiladeros que componen el macizo a medida que se practican las virtudes; se puede escalar por años sin alcanzar el siguiente cielo si es que el viajero no ha logrado, primero, entrar en comunión con dichas virtudes. Se rumorea que no todas las Vías Virtuosas (cada una de las cuales enfatiza valores diferentes, como la generosidad, la humildad y la meditación) podrán llevar a un sujeto hasta la cumbre, pero la verdad es que nadie que espere llevarlas a buen término (cosa que requiere de un esfuerzo honesto y veraz... al menos en principio) se preocupa demasiado por esas cosas. Así y todo, la mayoría de quienes se embarcan por una de las Vías termina por fallar en algún momento del viaje, y los niveles inferiores de Celestia están poblados por las incontables almas que decidieron aceptar su incapacidad. No es como si pasar el resto de sus post-vidas en el lugar que más apropiadamente se lleva el titulo de Paraíso fuera algo demasiado terrible, en cualquier caso.

Debido a su tranquilidad paradisíaca, y la -comparada con el resto de los planos- inmensa hospitalidad de sus habitantes, Lunia es un sitio considerablemente poblado, lleno de villas, ciudades, monasterios y casas de retiro. El clima, aunque en ocasiones tormentoso, muestra siempre un apropiado balance entre el frío y el calor, la humedad y sequedad, lo suficientemente variado para no ser monótono lo suficientemente moderado para no ser desagradable. Todo parece ocurrir por alguna razón,  y ninguna tormenta golpea sin dar aviso suficiente para ponerse a resguardo. Los niveles superiores siempre brillan con la intensidad del sol (razón por la cual es imposible divisar mas allá del siguiente nivel en Celestia, sin importar donde se esté), y observarlos por demasiado tiempo puede causar ceguera. La gran cantidad de visitas que este nivel del plano recibe lo hace un punto predilecto por los viajeros planares para comerciar, conseguir trabajo, buscar información o simplemente tomarse unas buenas vacaciones; incontables portales conectan Lunia con mas mundos de los que se puede mencionar, y es común toparse con visitantes de tierras distantes que, al llegar por primera vez, creen estar en algún otro paraíso de su credo particular (la cantidad de individuos que confunden al Monte Celestia con el Monte Olimpo es considerable).

Si bien es un plano legal-bueno, criaturas de otros alineamientos son bienvenidas, siempre y cuando procuren comportarse. Individuos malvados son raros, aunque no del todo imposibles de encontrar, y si son apropiadamente cuidadosos pueden ser tolerados temporalmente. De todas formas, han de estar atentos, no vaya a ser que un alma especialmente caritativa decida ayudarlos a redimirse en forma intensiva, o se los sospeche agentes de las fuerzas del mal y arroje. 

Los arcontes son las criaturas consideradas nativas a Celestia, ordenados en una estructura jerárquica de múltiples niveles que supuestamente alude al grado de virtuosidad alcanzado. Los arcones más bajos surgen de entre las almas ascendidas de los propios deudos, a partir de donde progresan a escalafones más elevados. Cabe destacar que los ángeles, probablemente la primera criatura que se viene a la cabeza al hablar de Celestia, no son exactamente arcontes, sino más bien aasimon (plural y singular es el mismo), que provienen de los Planos Superiores, aunque es un misterio exactamente de cual.

Junto con Arcadia, Celestia es la principal fuente de soldados en la interminable lucha contra las criaturas del mal. Empero, es bien sabido que los arcontes y aasimon prefieren operar tras bambalinas para mantener la Guerra de la Sangre entre los baatezu y tanar'ri andando y así dejar que se maten entre ellos en lugar de andarlos combatiendo directamente.

Si bien el plano es habitado por una multiplicidad de poderes benignos de todas las categorías, nadie sabe realmente quien tiene la última palabra en los Siete Cielos, o siquiera si efectivamente hay alguien que tenga dicha autoridad. Sin embargo, se suele considerar a la Hebdómada (organización compuesta de siete poderosísimos arcontes) como lo más cercano a un cuerpo gobernante, aun cuando sus acciones, motivaciones y finalidades suelen ser completamente misteriosas.